Si hay algo que coinciden muchos usuarios en redes sociales e incluso cronistas de la Casa Blanca es que el matrimonio de Donald y Melania Trump es bastante frío y distante, en comparación a otras parejas que han estado en Washington D.C.
Donald y Melania Trump comen y duermen separados
Según investigaciones, hay actividades que la pareja no hace juntos, incluso Melania Trump tardó meses en mudarse a la Casa Blanca.

Melania Trump y su marido
Era enero de 2017, justo después de que Donald Trump jurara como presidente, cuando su esposa y primera dama, Melania Trump, se quedó en Nueva York y tardó alrededor de cinco meses en instalarse con el presidente en la Casa Blanca.
La primera dama se quedó con su hijo Barron, el hijo en común de ambos, en la Torre Trump. Se dice que la excusa era que Barron, que en aquel entonces tenía 10 años, terminara el curso escolar sin problemas. Sin embargo, Mary Jordan, periodista del Washington Post, afirmaba en su biografía no autorizada de Melania Trump que no quería mudarse hasta junio de ese año debido a que quería renegociar su contrato prenupcial.
Se dice que no el contrato no era para ella, sino para su hijo Barron. Al parecer, el hijo menor de Trump no contaba con las mismas garantías de herencia que Donald Jr. e Ivanka Trump. Los dos hijos que el mismo Trump admitió en 2005 que intentaron sacar a Tiffany, la hija más alejada del presidente del testamento paterno.
La ex mejor amiga y asesora de Melania Trump, Stephanie Winston Wolkoff, reveló en su libro que la esposa de Trump no quería mudarse porque la Casa Blanca no estaba a la altura que quería la primera dama, quien exigió reformas para su dormitorio independiente. También que la pareja dormía por su cuenta desde antes, algo que apoyan otras cronistas.
La ex amiga y asesora también confirmó que tomarse de la mano y hacerse arrumacos no iba mucho con Melania Trump y que ambos tenían una conexión tan fría como funcional. Algo que incluso, la primera dama ha reconocido en varias ocasiones, apelando a su “gran independencia” y al “espacio necesario que nos samos”.
Pero en la Casa Blanca, casi todos los cronistas coinciden que ni se ven mucho ni tampoco cenan juntos si la agenda oficial no lo requiere. Donald Trump ocupa el dormitorio principal en la tercera planta, mientras que Melania duerme en el segundo piso, dormitorio que solía ocupar Marian Robinson, la madre de Michelle Obama.
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