Uno de los problemas más comunes que se presentan en una relación de pareja está relacionado con el buen dormir. Pocos hombres se atreverían admitir que se han cansado de dormir con su mujer, aunque es más frecuente de lo que parece.
Hombres y mujeres suelen enfrentar problemas de sueño en pareja
Cuando la convivencia inicia, los hombres suelen pensar que dormir con su mujer es un sueño cumplido. Luego pasan algunos años y los ronquidos, los movimientos mientras duerme y otros elementos empiezan a influir. ¿Se acabó el amor? Posiblemente no, pero ya no provoca "cucharear" todas las noches.
Esto no tiene que ser lo peor del mundo; de hecho, existe una solución sugerida por terapeutas de pareja: se llama "el divorcio del sueño". Esto significa que hombres y mujeres duermen en camas distintas. Incluso, hay parejas que se atreven a más y duermen en habitaciones separadas.
Puede que muchos hombres y mujeres vean esto como algo extraño, pero es más común de lo que pensamos, según varios estudios realizados.
Mattress Clarity realizó una encuesta en los Estados Unidos que, según sus resultados, determinó que un 30% de las personas se confiesan dispuestas a experimentar con el divorcio del sueño.
Una investigación del Better Sleep Council indicó que uno de cada diez personas en Estados Unidos pernocta en habitaciones distintas. Cada vez es más frecuente que hombres y mujeres duerman en distintas camas sin dejar de vivir juntos, ni abandonar sus deberes matrimoniales.
Uno de los casos más conocidos es el del ex presidente estadounidense, Donald Trump, quien duerme en una cama distinta a la de su esposa, Melania Trump.
¿Hay ventajas?
Expertos afirman que sí. "Tiene sentido dormir separados si a alguno de los dos está teniendo problemas al dormir, ya sea por los ronquidos, diferencia de horarios o inquietud", dice a Esquire Latinoamérica el neurólogo Chris Winter. El doctor tiene una clínica de sueño en el estado de Virginia, en los Estados Unidos.
Para el profesional de la salud, el divorcio del sueño puede ser una herramienta óptima, e incluso se atreve a advertir que no tiene que ser para siempre. "Al menos por periodos de tiempo, no hace mal".
"El descanso es mayor durmiendo solo que acompañado, porque no afecta cuando la otra persona da vueltas o se mueve, ya que cada uno tiene su propio colchón", aconseja la psicóloga Silvia Congost.
Además de mejorar la calidad de sueño, el divorcio del sueño puede potenciar la calidad y frecuencia en las relaciones sexuales entre hombres y mujeres. El psicólogo Sergio García Soriano dijo: "La sexualidad queda mermada por la rutina; dos camas y dos habitaciones pueden surgir efecto para mejorar las relaciones sexuales, ya que desciende lo rutinario y "se echa de menos a la pareja".
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