
Los jugadores de Boca terminaron peleando con la policía en el pasillo de vestuario.
Luego del final del juego se generó una fuerte pelea que terminó en una intervención policial, dado que, en un partido marcado por la anulación de un gol del Boca, los jugadores argentinos fueron hasta el vestuario del Mineiro y la policía brasileña se excedió en su reacción, lanzando gas pimienta a los jugadores y directivos que estaban presentes en el lugar. La información proveniente de Brasil, indica que el conflicto comenzó cuando los jugadores brasileños comenzaron a burlarse del equipo argentino al finalizar el partido.
La jugada que decidió cambiar el rumbo del partido fue el “fuera de juego” señalado a Marcelo Weigandt. Efectivamente, en el minuto 17 de la segunda parte, el árbitro uruguayo Esteban Ostojich, tras una conversación con sus asistentes de la sala VOR, decidió señalar fuera de juego por una rodilla adelantada.
La decisión no sentó nada bien a Boca Juniors, Román Riquelme fue uno de los mayores detractores al declarar: "No han querido que pasemos". El árbitro tuvo que ser avisado por sus asistentes porque el “fuera de juego” lo calificaron como "interpretable" .La jugada tuvo su historia, al principio se revisó una posible falta a Everson, aunque dicha idea fue desechada con rapidez, ya que se observa claramente que el arquero brasileño no atrapa el balón con solvencia. Pero posteriormente los asistentes arbitrales decidieron revisar un posible “fuera de juego”.
Lo siguiente fue hacer que el juez principal decidiera si Diego González interfirió o no en la jugada que terminó en el error del arquero Everson y el gol de Weigandt. Cuando Ostojich ve la repetición en la pantalla de campo del VAR, coincide que el jugador "va en busca del balón e interfiere al portero". El árbitro principal dio la razón a sus asistentes, considerando que efectivamente Diego González interfiere en la jugada, lo que causó la indignación de Boca Juniors, siendo el detonante de todo lo sucedido posteriormente.
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