«House» es a las series médicas lo que Hugh Laurie al doctor Gregory House: quieren alejarse de su alargada figura pero siguen inevitablemente atrapados debajo de su prestigio. Condenados a entenderse, beben unos de los otros, perpetuando un individuo, conservando imperturbable su piel, misma mona con distinta seda.
Hugh Laurie, siempre será recordado por su papel en Dr.House
Es fácil reconocer a los personajes de «The resident», la italiana DOC o «New Amsterdam» en el equipo de diagnóstico del ficticio Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey. Rudos de carácter, siempre escépticos, con mala actitud. Algo parecido le sucede a Hugh Laurie, que experimentó un antes y un después de meterse encarnar al cínico doctor.
Cuesta mirar en el actor a un personaje cómico, pese a que fue humorista en el pasado. No obstante ningún sketch pudo generar tantas carcajadas como recordarlo como al vil empleado de Cruela Devil de los «101 Dálmatas» en 1996, o en encarnando el papel del padre del ratón Stuart Little en sus tres películas.
En su invariable pesquisa por reinventarse, Hugh Laurie se topó un clínico desconfiado, adicto a las pastillas y renco, y pese a sus constantes intentos por revertir el hechizo con el que le encantó a David Shore, el papel que le dio dos Globos de Oro consecutivos ha pesado mucho en el resto de su carrera
Ya ningún director considera a Laurie para encarnar perfiles amables e inclusive cómicos. En la actualidad, el intérprete destacó personificando al amable Bertie, copia del mayordomo de Stephen Fry en la producción para tv «Jeeves and Wooster», o incluido el pasajero que acompañaba a Rachel en un viaje de avión en «Friends».
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