Jeff Goldblum prácticamente explota su curiosidad. Con los ojos muy abiertos, una posición dispuesta, aturdido, movimientos de manos expectantes. Es una capacidad que, ilustremente, se ha visto en el cine con un amplio abanico de personajes idiosincrásicos, como puede ser el “caótico” Dr. Ian Malcolm de Jurassic Park, el restaurador de cables del MIT David Levinson Independence Day, o el infame y procesado genio de la teletransportación Seth Brundle en La Mosca. Estas películas exploraron grandes temas, desde invasiones extraterrestres hasta el regreso a la vida ecológicamente discutible de los dinosaurios: mucha información para encerrar en cualquier imaginación por más curiosa que sea.
Jeff Goldblum en su nuevo proyecto con Disney+
Y no hay dudas de que Jeff Goldblum es un hombre interesante. Firmemente recomienda los libros que lee, los conceptos que investiga, las cosas peculiares que aprende, se cuestiona cosas – siempre acoplado con la misma huella física de abundancia y, tal vez, con un dejo de excentricidad– estas son cosas que al planeta le encanta proyectar.
El es una persona que, en 2017, se le vio en un furgón de comidas llamado “Chef Goldblum” entregando salchichas gratuitamente en Sídney con fines de “investigación”. Quien, aparentemente, mantuvo viva a una mosca como mascota en el set de La Mosca para permitirse analizar sus movimientos. Quien sigue presentándose semanalmente con su grupo de jazz, Mildred Snitzer Orchestra, en un restaurante en Los Ángeles. Su perfil ha sido sujeto de varios memes. Y, cuando llegó el tiempo de festejar el 25° aniversario de Jurassic Park, la escultura erigida cerca del puente Tower Bridge en Londres no fue un T. rex, o dos velociraptors depredadores– sino un retrato de Goldblum de 7,62 m apoyado en su codo vestido de negro con la camisa abierta.
Aquí podemos verlo recreando en una foto de la icónica escena de la película Jurassic Park.
Aquí está una foto de la estatua original a la cual llamó "Jurassic Jeff" en referencia a Jurassic Park.
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