El Partido de gobierno y actual presidente Donald Trump han presionado por la nominación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett al Juzgado Superior de Estados Unidos en las últimas semanas, lo que expone la extraordinaria trascendencia que el gobernante otorga a los votantes cristiano evangélicos, una fracción que conforma una plataforma de votantes y alguno de los estratos influyentes de la vida social, política y cultural del país, con un peso mucho mayor del que los números podrían indicar por sí solos, sin embargo esto no ha sido bastante para un sector.
Trump pierde la fe de las iglesia de cara a las elecciones
Según encuestas el candidato republicano y Donald Trump ha perdido el apoyo de las comunidades de evangelistas, mormones y cristianos de cara a las elecciones.

Donald Trump candidato a la presidencia de Estados Unidos
Asimismo, y como prueba del impacto en la nominación de la jueza para los votantes evangélicos es que el apoyo de esta fracción a Trump subió, su porcentaje en un 55% el pasado agosto, a 71% a finales de septiembre, según un sondeo del Colegio de Estudios Públicos de Culto, un incremento de 15 puntos gracias a ese aspaviento.
No obstante de frente a las elecciones, Trump va a costear un precio doble por tanta repetición en su magistrada. Inicialmente, entre los cristianos de otras confesiones y, en segundo lugar, entre los propios evangelistas. Acerca del primer grupo, una reciente encuesta de Pew Research destaca un decrecimiento de la tentativa de voto entre los católicos blancos, así como en otras confesiones: 90% de los americanos protestantes de raza negra ha declarado su apoyo a su competidor demócrata Joe Biden.
El ex vicepresidente lidera además entre judíos, católicos hispanos y las personas sin identidad religiosa, según el sondeo.
Por otra parte es vasto el incremento del apoyo de los votantes católicos de raza blanca a Biden (28% o de cara al 16% ganado en 2016 a la en aquel tiempo, competencia de Trump, Hillary Clinton), según Fox News.
El gran desafío, emerge dentro de las filas evangelistas, una división cada año más castigada por el rejuvenecimiento de la congregación, pues es una parte dentro de los evangelistas que podría estimular la báscula tan solo si 10%o votará a favor de Biden.
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