A finales del año pasado, cuando varias plataformas se tuvieron que enfrentar al escrutinio público a raíz de ciertos escándalos legales relacionados con contenidos inapropiados en las mismas, muchas han optado por autoregular sus contenidos para mejorar la experiencia de sus usuarios y a la vez evitar inconvenientes de tipo jurídico como ya ha ocurrido con algunas. En el grupo de las que están supervisando y regulando contenidos, se encuentra Google, que anunció hace aproximadamente un mes la adopción de nuevas condiciones de uso para su servicio de almacenamiento de contenido, teniendo potestad para restringir el acceso del usuario a sus propios archivos si quedaba entendido que dicho contenido violaba las políticas de uso de la empresa.
Según se hizo saber en ese momento, Google esperaría dos semanas desde el anuncio de sus nuevas medidas para empezar a escanear contenidos y detectar los que resultasen inapropiados, dicho en palabras de los representantes de Google: "Es posible que revisemos el contenido para determinar si es ilegal o infringe nuestras Políticas del Programa, y puede que lo retiremos o nos neguemos a publicarlo si tenemos razones suficientes para considerar que infringe nuestras políticas o la ley".
Si se detecta una posible violación de las políticas de la compañía, los expertos de ésta revisarán el contenido sospechoso y decidirán sobre la toma de medidas como la restricción de acceso a terceros (evitando que puedan compartirse online), la eliminación de los archivos en cuestión o, directamente, el baneo del usuario de todos los servicios de Google. Por su parte, la empresa ha señalado que lo que pretende perseguir con estas políticas va desde evitar el alojamiento de malware a los documentos sexualmente explícitos, pasando por el discurso de odio y "contenido que ponga en peligro a los niños".
Por supuesto, la medida tiene adeptos y detractores. Entre quienes critican la decisión, algunos dicen que Google no ha definido claramente qué contenidos resultan abusivos o inapropiados según sus estándares, por lo que algunos usuarios temen que esa imprecisión pueda ocasionar retiradas arbitrarias del acceso a sus propios archivos. Google argumenta al respecto que ya ha articulado un procedimiento para que los usuarios afectados por las medidas puedan solicitar una revisión de tales decisiones, pero sin dar hasta ahora mayores detalles del proceso.
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