Desde el inicio del periodo presidencial de Donald Trump se sienten mucho más discriminados, sin contar que desconfían de Joe Biden. A Leslie y Adrián -que parten sus vidas a diario entre México y Estados Unidos- los embarga la pesadumbre de frente a las elecciones estadounidenses.
Frontera de México con Estados Unidos
Con nacionalidad doble, viven en la fronteriza Tijuana y trabajan en su ciudad natal San Diego. Sin conocerse entre sí, les desilusiona la polarización que causan las elecciones y lo que Adrián describe como una sociedad "quebrada por el racismo".
hacen parte de los 37,4 millones de estadounidenses de raíces mexicanas, de los cuales una tercera parte votó en 2016 cuando ganó las elecciones Trump. Todo un bastión electoral.
Aman su origen al igual que su estilo de vida estadounidense, y pese a que prefieren hacer sus compras en San Diego, el lugar en donde trabajan, los tacos les saben mejor en su casa.
A menos de una semana de las elecciones, los latinos ven como el clima se enrarece, y de la misma forma la paz y el progreso que tanto anhelan.
Leslie Cortez, de 32 años, quiere elegir a quien entienda "lo que su comunidad necesita". Adrián Romero, diseñador gráfico de 24, se abstendrá como modo de protesta.
- "Nos afecta verdaderamente" -
Cada mañana, Leslie asume lo que muchas mexicanas en pandemia, después de que su marido sale a trabajar. Prepara a Andrée, su pequeño hijo de 5 años, para las clases virtuales y alimenta a Pía, de seis meses y expresivos ojos.
Su casa fue un regalo de sus suegros, les ahorra un arriendo que en San Diego, 30 kilómetros al norte, suele ser de unos 1.000 dólares mensuales.
"¿Cómo voy a pagar si tengo casa propia? Prefiero cruzar a México", dice. Y es lo que hacen muchos, trabajar y ganar dinero en San Diego para sobrevivir con pesos en Tijuana.
Se prevé que las remesas hacia México superarán este año los 36.439 millones de dólares de 2019, lo que está atenuando el histórico descenso económico por el coronavirus.
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